En el día a día de un camionero no todo es mantener la
maquinita entre las dos rallas sin salirte. El otro día fue uno de esos días cualquiera
en los que puedes sacarle tajada a una apretura. Resultó que caí a dormir en el
pueblecito vasco-navarro de Olazagutía (desde que oí el nombre me moló jeje) y
tenía que descargar la leche a primera hora de la mañana. Por pura estratégia
me convenía estar parado hasta las 3 de la tarde, así que tenía dos opciones
viendo que el cielo no estaba para muchos cantes: o ponía las cortinillas y si
te he visto no me acuerdo, o me pegaba un paseo a ver que me encontraba de
bueno por el lugar.
Olazti/Olazagutía es uno de los últimos pueblos de Navarra según vas desde Pamplona a vitoria. El pueblo está en el Valle de Sakana, a los pies del parque natural de Urbasa-Andia. Aunque hay bastantes huertecillas pequeñas el pueblo debe vivir de la industria y la minería, a juzgar por una planta de Cementos Portland que está bastante cerca de allí y que, por cierto, tiene bastante “mordido” el monte.
Mi paseo llegó hasta las puertas de Urbasa por un senderito
que hacía en 3 Km lo que la carretera en 15, es decir que me eché unos sudores
finos. Una vaca solitaria y la lluviecilla de esa que en La Mancha en tiempos
de viña llamamos “Calabobos” no me daban mucha confianza para entrar al parque,
así que me bajé al pueblo a buscar un sitio donde comer con cuchara. Unas pintadas de “no a la incineración” por todo el pueblo (bastante pacífico y
agradable, por cierto) me comió el gusanillo, así que pregunté a la panadera del pueblo y me puso un poco en situación.
Al parecer el tema de la incineradora para quema de residuos
es una iniciativa de Portland, que se ve que está en horas bajas, y, según el
gobierno de Navarra, “permitirá mejorar
la competitividad de la planta navarra frente a otros del grupo, mantener el
empleo y reforzar su compromiso medioambiental”. La situación a escasos
metros del pueblo no les haría precisamente agradable el ambiente a los
lugareños.
J. Abengoza

