Aprovechado hasta el último momento de las oportunidades que ofrece la vida universitaria y aprovechando estar ya en el otro lado del charco, aprovechè para buscar una ciudad para aprovechar tres semanas de mi vida.
Porque el puente salìa en Padres Forzosos, por el Woostock del 69 y por unas cuantas cosas más, San Frisco ganó a NY y otras candidatas, asì que me vestì de hippie y me alojè en un hostalito la mar de coqueto (allà donde fueres…haz lo que vieres) con 6 camas, baño limpito y lleno de mochileros. Resultò ser de lo màs interesante. No pude reprimir la emoción de ver calles transitables y encontrè una tienda de segunda mano donde conseguì hacer un trueque con un señor de camisa floreada para que me dejase una bici por las tres semanas, el negocio saliò cuasi redondo, mi inglès cogió confianza…
Pasear por una ciudad americ...perdòn, estadounidense, es una sensaciòn parecida a estar paseando por un parque temàtico, con todo lleno de barrenderos y casas que parecieran artificiales. Todo demasiado nuevo. No hay mucha esencia a historia. Como todo, tambièn tiene sus cosas buenas. Tropecè inesperadamente con la tienda que habìa visto en una foto y boquiabierto entrè en un autèntico museo de la mùsica en poco màs de 20 m2. Asì que, para calmar los ritmos que llevaba un par de días en la cabeza, comprè un cedè de Jobin, previa lecciòn y recomendaciòn de mùsica brasileira del dueño...
...las calles, entonces, pasaron a verse como una foto en tonos sepias...
Sentado en la parada empiezas a notar un rugido ensordecedor acompañado de un melódico pitido y una voz que, a gritos, dice: “San Miguelito, Tumba Muerto, El Dorado, Albrook Terminal DIRECTO, Terminal DIRECTO, DIREEEECTO”. Levantas la vista y te encuentras con un reflejo de luces y colores. Ahí llega. Es un diablo rojo, decorado con sus figuras y sus frases del tipo: “yo soy el guardián de tus deseos”, “dios me conduce” o “despierta, soy tu peor pesadilla”. Realmente auténticos...
El transporte público de Panamá es, sin duda, una de las cosas que más me llamaron la atención nada más poner el pie en el país y por los que siento una especial debilidad. Se trata de autobuses escolares cedidos por los gringos “por no ser lo suficientemente seguros”. Los datos técnicos que he podido sonsacar de alguna conversación con el conductor son:
·Motor: Internacional 9 litros atmosférico (calculo que aprox. 200-250 CV)
·Consumo: 7 galones en aprox. 40 km (esto es unos 17 litros a los 100)
·Los más nuevos son automáticos y los menos, manuales con 5 velocidades
Con un carraspeo de en la palanca de cambios empieza el viaje. El interior se organiza con un pasillo central de unos 50 cm de anchura con asientos a ambos lados, los de la derecha son de “dos plazas” y los de la izquierda de “tres”. El campo de visión del conductor se reduce a unos 20-30 cm de altura, ya que en la luna delantera llevan una pegatina con la ruta del bus y abajo suelen llevar alguna frasecita sin desperdicio. Junto con el conductor, a veces, va otro hombre que se encarga de gritar la ruta, como una especie de RRPP del bus, que también informar al conductor de los huecos libres en el tráfico para poder colarse más ágilmente entre la multitud automovilística. Éste individuo suele ser un pelao, que viaja en la puerta delantera (que siempre va abierta) sujetándose al retrovisor y con medio cuerpo por fuera de la cabina. El sueldo de los conductores/ayudantes es toda la recaudación repartida a partir de 100$, ya que tienen que pagar al propietario del bus esa cantidad en concepto de “alquiler diario” de la máquina. El horario normal de trabajo es en torno a 12 h. Cuanto más trabajen, más ganan. He oído historias según las cuales el conductor le echaba azúcar "de la otra" al café para trabajar más tiempo. Cuando estaba “en estado puro” era el rey de la carretera mientras los pasajeros rezaban en los asientos traseros.
Si el tiempo es despejado, se viaja con las ventanillas abiertas en todo el bus. Si llueve, las ventanillas se cierran y se crea un ambiente que se puede cortar con la mano, el aire se vuelve denso y cuando respiras te da la sensación de que el aire se condensa en tu nariz. Por no hablar de la mezcla de olores...(a lo que tengo que decir que los panameños son de lo más pulcro y tienen la imagen de que los europeos somos sucios porque nos duchamos una vez al día).
Dentro de los buses no suele haber aire acondicionado. Algunos tienen un equipo de sonido y cuando subes el reggaetón retuerce tu cerebro con una potencia de bajos increíble para orgullo de sus dj’s, les gusta que casi se oiga más el bombo que la voz, pa’que se note que es reggaetón. De noche, el viaje es a oscuras y sólo encienden la luz en las paradas. Los panameños tienen un miedo escénico a viajar de noche en el bus ya que afirman que es inseguro, que te roban…pero de noche siempre van llenos a reventar.
Cuando ha llegado tu destino tienes que gritar “PARADA”, entonces, si el autobús no está muy lleno, sales, pagas los 25 centavos al conductor (siempre conviene llevarlos justos) y miras a la derecha no sea que venga un loco y te arrolle. Si el autobús está muy lleno salir de él es una auténtica odisea. sorteando a la gente que está de pié y cuidando de no darle a nadie con la mochila. Tienes que andarte avispado unos cuantos metros antes de tu parada para ir preparándo la estratégia.
Después de esto, es fácil imaginar que el transporte público de Panamá no es un ejemplo de precisión, el método para llegar de un punto a otro con bus es tomar unas holguras de tiempo proporcionales a la distancia a recorrer. Por ejemplo, para llegar hasta Tocumen, que es dónde yo trabajo, el viaje es de unos 40 min. en bus, pero hay que tomar un margen de 20 minutos o más por posibles problemas de tranque, que el bus no pase esa mañana etc. De esta forma llegas a tiempo, para llegar puntual tienes que tener un día de suerte.
Para principios del próximo año el gobierno panameño ha previsto un sistema de transporte más moderno llamado METROBUS, con el que se pretende reemplazar estas joyas rodantes. Los panameños tienen ahora el corazón dividido y son reacios a que su emblemático transporte público desaparezcan de las calles de la ciudad. Sería una auténtica pena. Tiempo al tiempo.
Después de unos cuantos sudores, dolores de pies, encuentra24.com, recargas y recargas de 2$ Digicel...hemos conseguido cuadrar el círculo, que en ocasiones parecía una utópico, y la llave de mi nuevo apartamento ya descansa en mi bolsillo. Habitación amplia, luminosa, baño, abanicos, poco ruido y compartida; zona social con barbacoa y piscina, en la que se puede nadar sin agobios (empezaba a necesitarlo), y situado en una zona muy bien comunicada, a un paso de todo menos del trabajo, que siempre seguirá estando lejos y en diablo rojo. Hay cosas que no cambiarán pero hay pequeños detalles que ayudan a mirarlas desde otro ángulo.
La moneda oficial del país es el Balboa, en honor a Vasco Núñez de Balboa, pero se utiliza conjunta con el dólar americano por ser de igual valor. Los billetes sólo son de dólares. A la hora de pagar te pueden pedir dólares o balboas. Es lo mismo. Un dólar vienen a ser 0.80 €
Muchas llaves de la luz y grifos (yo diría que la mayoría) abren al revés, es decir, los grifos se abren en sentido horario y la luz la enciendes hacia arriba.
El sueldo se paga por quincenas en lugar de por mensualidades.
El agua gira igual y son 7 horas menos (elegida como respuesta por estadística) :)
Los taxis funcionan por tarifas y no por taxímetro. De esta forma, si un día hay mucho tranque (como llaman aquí a los atascos de tráfico) o si no le conviene llevarte donde le pides, el taxista puede negarse a llevarte. Las tarifas van por zonas de la ciudad y son muy baratas. He descubierto que si das 1,50 por el día y 1,75 por la noche el taxista normalmente no te regatea el precio vayas dónde vayas.
El clima panameño tiene dos climas bien diferenciados: el clima “outdoor” y el clima “indoor”. El primero es cálido, húmedo y, si no sopla viento, bastante sofocante. Pero pese a esto tienes que salir de casa con una manga larga porque el otro clima se da dentro de los carros, los bares etc. La temperatura puede llegar a bajar como 10 grados fácilmente. El 60% del gasto energético del país es en aires acondicionados.
Una vez empezada la tercera semana de vida a la panameña es hora de empezar a hacer balance sobre lo que se hace o se vive por aquí. Creo que lo mejor es empezar con la comida, ya que es lo que más me está costando y tengo que hacerlo todos los días…
Los desayunos son con fritos y desde por la mañana están metiendo tralla al cuerpo con un suculento menú entre lo que destaca: alitas de pollo, tortillas de maíz fritas, una especie de buñuelos y hasta incluso chorizo o salchichas, todo eso regado con un café americano, que lo sirven en un vaso de una especie de corcho aislante que tarda en enfriarse la vida y el primer día te quemas la lengua sin piedad aún después de 15 minutos, ¡¡pa’unas prisas!!Como dato del desayuno, lo sirven en una bolsita de papel que a los cinco minutos está empapada de grasa. Del estilo a cuándo vas a por churros. Yo intento mantenerme al margen de la grasa matutina y lo cambio por dulces o fruta.
A la hora de comer, lo suelen juntar todo en un plato combinado. La guarnición suele ser arroz (blanco normalmente y normalmente pasado), legumbres y plátano. El plátano lo cocinan de 22345345634523 formas diferentes, algunas exquisitas. Por cierto, lo que nosotros conocemos como plátano aquí es guineo, el plátano es más grande y lo usan verde para freirlo, asarlo etc, etc. También puede haber ensaladas de lechuga, patata (papa), repollo o pasta, pero la ensalada de pasta aquí no triunfa mucho. El “centro del plato” suele ser pollo (cualquier parte) o puerco, con alguna salsa o verdura. Utilizan una especia que se llama culantro, que es de aspecto parecido al perejil con un sabor muy fuerte que se siente ya cuando abres la puerta del comedor. La variedad de menú puede ser que un día comas pechuga y otro alitas de pollo. Todo lo comen sin pan, es más, el pan que aquí venden es blando, dulce y caro.
A la hora de la cena la historia se repite. Aunque hay una infinidad de cadenas de restaurantes de comida basura y en cualquier lado te puedes pillar una hamburguesa con soda (refresco) por un precio en torno a 2 $. No he visto en mi vida una concentración mayor de KFC, McDonal´s, Pizza Hut, Popeye´s o una cadena panameña que se llama “Pio Pio, tu sabor panameño” que, básicamente, es pollo frito.
Hacer la compra es más bien caro. La gente come mucho fuera de casa porque es económico, por un par de dólares, incluso menos, pillas un menú en alguna fonda. Una cosa que me ha llamado mucho la atención es que apenas comen pescado pese a que es barato y el nombre de PANAMÁ significa “tierra de pescado”; el otro día di una vuelta por la lonja y encontré atún a un dólar o marisco bien baratico. También hay muchísimos restaurantes chinos y, según la charla de bienvenida del rector de la universidad, Panamá es el país, después de China, dónde mejor comida china se puede comer pero precisamente ayer escuché en la radio que una inspección de sanidad había descubierto que en un restaurante chino vendían carne de perro como si fuera de cerdo…
La estrella sin duda son las frutas. Vas andando por la calle y encuentras puestos de fruta muy barata. También puedes encontrar batidos de frutas y zumos frejjquisimos por menos de un dólar, la papaya viene siendo la estrella del rodaje en las cálidas tardes de paseos. Tengo previsto invertir en una licuadora cuando consiga encontrar un apartamento.
Mención especial merece la Cerveza…Panamá, Atlas y Balboa. En la última el eslogan dice “la cerveza para hombres” porque es la más amarga y, para mí, sin duda la mejor. El resto son muy suaves pero nada despreciables.
¡¡Lo que se echa en falta un buen cocido de madre!!
Hace ya más de una semana que me subí al tren lleno de maletas y a base de Dormidinas me encaminé directo a Barcelona, al KCBFlat (el nuevo piso de Pepi y Sergi en pleno corazón de la Ciudad Condal). Semana ideal dado que andaríamos sumergidos en plenas fiestas de Gracia: cerveza, música, arte de calle, chicas guapas...Cataluña profunda.
Pero todo tenía que llegar y, pese a problemas con el vuelo que me hicieron prolongar dos noches más de sofá en el KCBFlat, al final fue posible cruzar el charco a ver si es verdad que que había algo al otro lado y, efectivamente, lo hay.
Mi primera parada fue un pasito fugaz por Colombia; donde Mario, Carmen y Juango me hicieron un minitour fantástico y lleno de simpatía por algún rinconcito de la inmensa ciudad. Acompañaron la ruta de un montón de anecdotas que me hicieron poner Bogotá en la agenda de destino obligado, máxime cuando prometí a su mamá que volvería para hablarle más de España y los españoles.
El vuelo hacia Panamé supo como un aperitivo después del día anterior. Cuando el avión se estaba aproximando al Aeropuerto de Tocumen entre nubes se podía apreciar unas vistas realmente espectaculares del Pacífico, ahí estaba implacable e inmenso salpicado de pequeñas islitas y quebradas costas en las que bien podrían imaginarse mil y un atardeceres inolvidables. La silueta de Panamá City se dibujaba poco después bajo nuestras posaderas repleta de rascacielos (de ahí que se conozca como la pequeña Miami). Al fondo, una cola de gigantescos barcos se apiñaba en lo que se suponía la entrada/salida de la puerta de paso entre ambos océanos, entre ambos mundos. El agua entonces se tintaba marrón por la cercanía a la ciudad.
El recibimiento fue un señor un poco borde, al contrario de lo que esperaba encontrar, que me pidió el pasaporte y los papeles para la entrada al país, asegurándole que no tenía armas, ni 10,000 dólares ni cosas por el estilo. Poco después estaba ya bajo el asilo de Eleonora "Leo" y Edwin "Edwinsito", que me ayudaron todo cuanto estuvo en sus manos. En "mi casa" las cosas fueron fáciles desde el primer momento. Bueno, todo salvo empezar a aprenderme los nombre de todos. Como anécdota, el primer día había un perrito muy salao con el que me tiré jugando un buen rato, yo le llamaba "Einer". Einer era "mi hermano".
El lunes todo empezaba a ordenarse. Lo primero que hice fue andar a la universidad para decir que ya había llegado etc, etc. Tan entusiasmados estaban por mi llegada que desde el primer día ya me pusieron a trabajar...¡¡y yo que pensé que en el Caribe no se tomaban la vida tan enserio!! Mi proyecto aún no tiene nombre ni prememoria ni nada, pero, en esencia, es algo así como "una investigación para diseñar y optimizar un sistema de reciclado de agua de lluvia para uso doméstico, que, en un futuro, será aplicable a regiones sin agua potable". El proyecto es interesante, mucha mecánica de fluidos...para eso es la última que me saqué!! El equipo de trabajo es gente joven, estudiantes en su mayoría que forman un grupito bastante majo y divertido.
Y como en el Caribe son muy trabajadores mi jornada comienza a las 6 de la mañana para llegar prontito al centro de investigación de Tocumen montado en un "Diablo rojo" (que ya hablaré de ellos en próximas entradas), a llegado mi hora de ir a la cama. En Panamá son las 22,55 y llueve a cantaros.
Como regalito dejo un video de mi grupo más escuchado esta última semana...